Me gustan los estudiantes

¡Que gran canción de Violeta Parra!

La movilización está tomando cuerpo, la unidad es lo que les ha dado la posibilidad de poner la mesa, las sillas y decirle al gobierno que se deje de wevear y que se siente a conversar, pero con soluciones y no con las típicas aspirinas que le daban a las movilizaciones típicas de los mese de abril cuando los secundarios reclamaban por el pase escolar.

Hoy la discusión es mayor, la calidad de la educación no se ve por ninguna parte. La concertación se pegó un tremendo salto en infraestructura y cobertura, aparejado con la vilipendiada extensión de la jornada escolar.

Y es que el gobierno no a sabido reaccionar con velocidad a los cambios que se requieren para contar con una educación de calidad. Luego de la mala decisión de partir la reforma por los niveles inferiores, cuando en realidad debieron hacerlos con los distintos niveles en forma paralela (NB1, NB2, EM) de manera de acortar el tiempo en el cual toda la educación tuviera a los nuevos docentes preparados para los nuevos paradigmas educacionales y la aplicación de las metodologías correctas para lograr que el aprendizaje llegara a todos en forma equitativa y efectiva.

En fin, es penoso que movilizaciones como estas sean las que gatillen el qué hacer con el tiempo que le "sobra" a los colegios en la "Jornada Escolar Completa", y me refiero a algo más que simplemente talleres electivos que no aportan sustancia a los escolares sino que parece la justificación de un tiempo para obtener una subvención.

Así y todo, que la manifestación de los estudiantes secundarios, haya comenzado con la liberación de pago de la PSU usando las platas del cobre y la liberación de pase escolar, para terminar con peticiones de fondo en la mejora de la calidad escolar me parece simplemente notable. Y lo que me pone una sonrisa en la cara, es que cuando secundario luché contra la dictadura, por nuestros derechos ciudadanos, a expresarnos, a que no se nos cuestione una marcha, a pedir una mejor educación. Que lo hagan ellos ahora, me parece que es parte de la herencia que les hemos dejado.

¡Adelante muchachos, vamos que se puede!